En el marco del encuentro CropLife Latin America 2025, celebrado entre el 28 y 30 de abril en Santiago, se desarrolló el panel “Dimensiones de CampoLimpio como solución de la industria: Desafíos de una ley REP”, con destacados representantes de iniciativas de gestión de envases vacíos en América Latina. El diálogo abordó las lecciones aprendidas, obstáculos normativos y avances regionales en torno a la responsabilidad extendida del productor (REP).
CropLife Latin America es una organización internacional sin fines de lucro, que agrupa a la industria de la ciencia de los cultivos, promoviendo buenas prácticas agrícolas, uso responsable de productos fitosanitarios y soluciones sostenibles en el sector agropecuario. Con presencia en 18 países de la región, actúa como articulador clave entre los actores públicos y privados del sector. CampoLimpio Chile forma parte de esta red como miembro activo, lo que le permite intercambiar experiencias, acceder a herramientas técnicas y participar en instancias regionales de colaboración y mejora continua.
El panel fue moderado por Gabriela Briceño, directora de Stewardship en CropLife Latin America, y contó con la participación de Francisca Gebauer (CampoLimpio Chile), Víctor Celaya (CampoLimpio México), Román Molina (Agrequima, Guatemala) y Marcelo Okamura (InpEV, Brasil), todos ingenieros agrónomos con una trayectoria destacada en sostenibilidad agrícola.
Uno de los temas centrales fue la implementación de la ley REP en Chile, donde Gebauer destacó los logros y dificultades tras dos años de puesta en marcha. “Si bien la regulación está bien diseñada, aspectos como la obligatoriedad de licitaciones han limitado la participación de pequeños gestores”, explicó. Asimismo, valoró que la experiencia de CampoLimpio fue considerada en el diseño del decreto que regula los envases no domiciliarios.
México, en tanto, enfrenta un “Frankenstein regulatorio”, según Celaya, donde la falta de armonización y claridad en las responsabilidades de cada actor ha dificultado una implementación eficiente. Aun así, el programa ha logrado avanzar, aunque enfrenta nuevos desafíos ante metas más ambiciosas propuestas por la legislación en discusión.
Okamura presentó el caso de InpEV en Brasil, que gestiona más del 90% de los envases agrícolas del país. Subrayó la importancia de colaborar activamente en la formulación legal para evitar que futuras normativas desconozcan las particularidades del sector agropecuario. “La clave está en ser proactivos e incluir nuestras mejores prácticas en la legislación”, afirmó.
En Guatemala, Román Molina expuso una realidad sin ley REP, pero con un sistema que ha evolucionado significativamente gracias al trabajo con el Ministerio de Ambiente y organizaciones sociales. Comentó que, si bien no cuentan con una regulación obligatoria, tienen la certeza de que ésta llegará, por lo que el desafío es prepararse como industria antes de que les impongan condiciones desde fuera.
El panel concluyó con una visión común: la necesidad de adaptar las regulaciones REP a las realidades técnicas y logísticas del sector agrícola, evitando enfoques que lo igualen a los residuos urbanos. Esto se debe a las particularidades que presenta la gestión de los envases agroindustriales, que requieren tratamientos diferenciados por su uso, composición y condiciones de recolección. CampoLimpio, en sus distintas expresiones regionales, fue destacado como un modelo que no solo gestiona residuos, sino que construye cultura ambiental en el agro latinoamericano.

